Colposcopía

¿QUÉ ES?

 

La colposcopía consiste en realizar un examen detallado del cuello uterino. De la misma manera, también puede realizarse el estudio de otros lugares como la vagina (vaginoscopía) o los genitales externos (volvoscopía). 

 

¿CÓMO SE REALIZA?

 

Se realiza con un aparato llamado colposcopio. Se trata de un instrumento parecido al microscopio y que tiene un sistema de lentes que permite aumentar el tamaño de la imagen estudiada para poder observarla detalladamente. 

 

La colposcopia en si no resulta dolorosa. Puede incomodar tener colocado el espéculo, pero con una relajación adecuada ni siquiera esto resulta molesto. La duración en su realización es variable en función de los hallazgos que se identifiquen pero en general no suele ser más allá de diez minutos. Requiere una cuidadosa observación de todo el cuello y el registro de las imágenes que resulten dudosas o sospechosas.

 

¿PARA QUÉ SE HACE?

 

La colposcopia es una técnica diagnostica complementaria que se realiza cuando existen determinadas alteraciones en el resultado de la citología. Visualizar el cuello del útero de esta manera, permitirá identificar cambios en la morfología del epitelio que recubre el cuello y dirigir las biopsias a estas zonas concretas.

 

¿QUÉ INFORMACIÓN PROPORCIONA?

 

La colposcopía informa sobre la presencia de alteraciones en el tejido del cuello. Estos cambios en el aspecto del epitelio pueden deberse a la presencia de problemas benignos, como infecciones o inflamaciones o de procesos premalignos o malignos. El verdadero interés de esta prueba es que ayuda a identificar de manera precoz la presencia de alteraciones, que dejadas evolucionar de manera espontánea, podrían derivar en un cáncer, pero que tratadas tempranamente, son curadas casi en su totalidad. 

 

En resumen, la colposcopia es una técnica diagnóstica sin riesgos, muy poco molesta y que proporciona una valiosa información sobre el estado del cuello uterino permitiendo el diagnóstico precoz de lesiones precancerosas.